Seguidores

lunes, 30 de mayo de 2016

El amor o la felicidad, quien sabe.

Y como pedirle a Dios una dosis de buena suerte, un milagro o una estrella fugaz que me indique el camino para seguir. Perdida en un mundo donde la felicidad esta muy lejos y la fuerza muy cerca. Un mundo donde hay que batallar cada día por ti, y solo por ti. Cúmulos de sensaciones que te abrigan todas las noches, como quisieras que te abrazará él. Mariposas junto a pensamientos que te dan la fuerza para poder seguir día tras día. Esos miles de bajones o ralladas que vienen como pájaros sin llamarlos, sin quererlo, que te piden una  migajita  de pan, o un poquito de amor, que nunca viene mal. Ese pájaro, que lucha y lucha por querer seguir hacia adelante, sin miedo, con fuerza, y no teme a las personas que le hacen daño. Con una gran diferencia, ellos pueden recorrer kilómetros para encontrar la felicidad y traspasar millones de nubes y lluvias. Y con una gran semejanza, que echan de menos lo que un día echaron de más. Echan de menos aquello que tienen a ratos, y que quisieran tenerlo toda la vida, el amor o la felicidad, quien sabe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario